La primavera es una buena época para mirar atrás y hacer balance del primer trimestre del año. Es el momento en el que florecen las flores y en el que nos llenamos de ilusión con nuestros planes para el verano. Los días empiezan a ser más largos y eso hace que tengamos más vida social y queramos brillar más que nunca. ¿Quieres saber cómo deslumbrar esta temporada? Incorpora estos hábitos en tu rutina, cuidarás tu piel y te verás espléndida.
Usaré protector solar los 365 días del año
Aunque no todos los días brille el sol, sus efectos siguen siendo nocivos. Desgraciadamente, el agujero de la capa de ozono hace que la radiación UVA y UVB nos llegue más fácilmente, incluso en los días grises de invierno. Usar protector solar a diario (con SPF 30 como mínimo) es esencial para cuidarla y mantenerla sana y joven, ya que los rayos ultravioleta se consideran el principal factor de envejecimiento cutáneo. Pero no sólo eso, sino que también pueden provocar la aparición de manchas, arañas vasculares, enrojecimiento, sequedad y arrugas profundas.
Pondré a punto mi neceser
Como la comida, los cosméticos y productos de belleza caducan, porque pasado un tiempo pierden su eficacia e incluso pueden llegar a ser perjudiciales.
Comprueba las fechas de caducidad y deshazte de todo aquello que ya no valga, sobre todo si se trata de sérums y cremas para la cara, o contorno y maquillaje para ojos. Tira también cualquier producto que haya cambiado de color o huela raro. Por otro lado, debes limpiar regularmente tus brochas y pinceles, ya que son el perfecto caldo de cultivo para las bacterias, que puedes extender por el rostro si no vas con cuidado. Lo ideal es lavarlos con agua tibia y un poco de jabón cada dos semanas y, dejar que se sequen de forma natural. Lava también a diario las toallas que uses para la cara; la humedad favorece la formación de hongos y bacterias, ¡no lo olvides!
Siempre me acostaré con la cara limpia
Una de cada cuatro mujeres se va a la cama sin desmaquillarse, ¿sabes lo perjudicial que es eso? Si no te acuestas con el rostro completamente limpio, tus poros pueden obstruirse, lo que aumenta el riesgo de inflamación. No quieres que las partículas contaminantes duerman contigo toda la noche, ¿verdad? Las toallitas limpiadoras tampoco ayudan mucho, ya que sólo eliminan la mitad de la suciedad, así que úsalas sólo en caso de emergencia. Cámbialas por una leche limpiadora o un producto adecuado para ti y una toalla facial de muselina, excelente para quitarte el maquillaje y exfoliar la piel suavemente. Con la cara ya lavada, moja la toalla en agua muy caliente y pásala por el rostro para abrir los poros, ¡es un minitratamiento de vapor casero! Después, ponla bajo el grifo con agua muy fría y vuélvela a aplicar por la cara para cerrar los poros. ¡Sentirás tu piel increíblemente fresca y purificada!
Me exfoliaré regularmente
Exfoliarse dos veces por semana es una de las mejores formas de conseguir una piel resplandeciente. La capa superior de tu cutis (epidermis) muda constantemente de células, que mueren y se van substituyendo por otras nuevas. ¡Deshazte de esas células muertas que apagan tu piel! Pero recuerda que exfoliarse en exceso es perjudicial. Si tienes la piel sensible, elige productos a base de enzimas de frutas, más suaves con tu piel que los scrubs.
Apostaré por el maquillaje primaveral
En primavera, es mejor usar una base de maquillaje ligera. Elige una hidratante con color o una BB cream, ambas perfectas para conseguir un look natural. Esta temporada se se lleva el efecto “cara lavada”, ¡aunque no es fácil conseguirlo! Una pizca de colorete en crema y unos toques estratégicos con algún iluminador aportarán alegría y frescura a tu rostro. Un poco de brillo de labios y… ¡fantástica! Para las uñas, elige colores suaves como el beige, el melocotón, el verde manzana, el rosa metalizado o el plateado. El éxito está garantizado.
Beberé agua, mucha agua
No nos cansamos de repetirlo: tú piel necesita hidratación para sentirse y verse sana. De hecho, un cutis falto de agua, puede producir más grasa para compensar la sequedad, causando así la aparición de granitos, además de verse apagado y ser más propenso a las arrugas. Por otro lado, beber mucha agua hace que tu organismo elimine el exceso de sodio y minimice la retención de líquidos, que se da justamente cuando no tomamos suficiente cantidad de ellos. Si eso ocurre, el cuerpo absorbe todo el agua que tiene, lo que puede hacer que tú o tu piel os notéis hinchadas. Ponte como objetivo beber entre 1,5 y 2 litros diarios, así como comer muchas frutas y verduras con alto contenido en agua.
Me relajaré con un masaje facial diario
Los masajes faciales aumentan la circulación de la sangre y estimulan el drenaje linfático, que ayuda a eliminar las toxinas. Esto puede ayudar a reducir la hinchazón, especialmente las bolsas. También contribuye a difuminar líneas de expresión y hace que tu piel se vea más tersa. Por otro lado, mejora la absorción de los productos que te apliques. Por la noche, después de la limpieza, usa una crema de noche, un sérum o un aceite para darte el masaje: ¡una gran forma de relajarte al acabar el día! Sé delicada pero firme, y nunca estires la piel. Empieza por el cuello, donde se concentran los ganglios linfáticos, y así ayudarás al drenaje de la linfa. Sigue por tus mejillas, alrededor de la nariz, la frente y la sien, y acaba en el contorno de los ojos, donde deberás ser especialmente cuidadosa.
Mimaré mi melena
El cabello nos delata: es un gran indicador de nuestra edad y nuestro estado de salud. Un pelo sano y brillante te quita años de encima, mientras que nada envejece más que una melena seca y sin brillo. Huye de los productos demasiado agresivos. Muchos champús contienen sulfatos que eliminan los aceites naturales que mantienen tu pelo sano. En su lugar, elige uno suave para conservar estos aceites protectores, e intenta no lavarte el pelo cada día, ya que este hábito tiene el mismo efecto. El secador, las planchas y los rizadores también dañan tu cabello, así que déjalo secar al aire siempre que puedas. En caso contrario, usa siempre un protector para el calor.
Reduciré los azúcares
El azúcar es el gran enemigo de la juventud de tu organismo y de tu piel. Los azúcares naturales de la fruta no deben preocuparte, el problema son los refinados que encontramos en algunas bebidas y comidas procesadas. Éstos suben los niveles de azúcar en sangre, lo que incrementa la formación de productos de glicación avanzada (AGEs), unas sustancias que se crean en el cuerpo cuando la glucosa reacciona con los tejidos corporales —incluyendo el colágeno y la elastina. Hacen que las células se vuelvan rígidas, pierdan elasticidad y sean más propensas al daño y al envejecimiento prematuro. Se ha demostrado que una dieta alta en azúcar aumenta el estrés oxidativo y la inflamación, lo que contribuye no sólo a envejecer antes, sino a que aparezcan enfermedades. Además, el azúcar no aporta nutrientes, sólo energía y “calorías vacías”. Elimínalo totalmente de tu dieta o, si no te ves capaz, reduce su consumo tanto como puedas.
Alimentaré mi piel desde dentro
Una dieta basada en frutas, verduras y otros vegetales le proporcionará a tu piel antioxidantes, necesarios para defenderla frente al daño medioambiental. El pescado azul aporta grasas omega 3 que son hidratantes y antiinflamatorias, mientras que los frutos secos, semillas y aguacates te proveerán de vitamina E. Para dar a tu piel y a tu cuerpo un extra de nutrientes, incluye de 1 a 3 bebidas Beauty & Go como parte de tu ritual de belleza. Beauty & Go contiene colágeno y ácido hialurónico para combatir los signos de la edad, así como MacroAntoxidantes©, que te protegerán de los radicales libres. Además, cada bebida incluye una combinación específica de superalimentos, extractos herbales, vitaminas y minerales para abordar distintas necesidades de tu piel. Para más información haz clic aquí.