Listado de la etiqueta: HINCHAZÓN

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Si la semana pasada hablamos de las causas principales de la inflamación de estómago, hoy os quiero dar algunas soluciones. Deberás aplicar una u otra medida en función del origen de tus molestias, pero si no estás seguro de cuál es, tendrás que ir probando hasta que encuentres lo que te funciona mejor.


1.    Vives bajo un estrés constante

Ya os expliqué que el estrés ralentiza el sistema digestivo. Si sospechas que este puede ser el causante de tu inflamación, prueba lo siguiente:

  •  Come en un ambiente relajado siempre que te sea posible.
  • Evita comer mientras te mueves o delante del ordenador.
  • No comas leyendo o mirando la tele; al contrario, centra toda tu atención en lo que tienes en el plato.
  • Haz más deporte: el ejercicio reduce el estrés y mejora la digestión.
  • Lee aquí nuestro post sobre cómo reducir el estrés.

 


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2.   Sufres de digestiones lentas

Si te sientes muy pesado y notas que tus intestinos no se mueven como debieran, aquí tienes algunas ideas:

  • Bebe 2 litros de agua al día, es clave para activar tu sistema digestivo.
  • Aumenta el consumo de fibra; 7 piezas de fruta o verdura al día, más cereales integrales, frutos secos y semillas.
  • Incluye fibra soluble en tu dieta: avena, cebada, centeno, manzanas, peras, semillas de chía, semillas de lino…
  • Evita los carbohidratos refinados como el pan blanco, el arroz blanco, etc.
  • Haz más ejercicio, el movimiento es esencial para ayudar a contraer los músculos del intestino.


3. Produces poco ácido estomacal

Si tu organismo no fabrica suficiente ácido estomacal, es posible que te cueste digerir las proteínas y, por consiguiente, sufras inflamación de estómago. Si crees que este es el motivo de tu malestar, toma nota:

  • Organízate para darte unos 5-10 minutos de relax antes de cada comida; observa y huele tus platos, así enviarás señales al cerebro para que empiece a producir ácido y tu estómago estará preparado para la comida que va ingerir.
  • Mastica bien los alimentos (el objetivo es hacerlo 30 veces por bocado).
  • Bebe agua caliente con limón y jengibre por la mañana para estimular tu sistema digestivo.
  • Toma un vaso de agua con una cucharada de vinagre de sidra de manzana antes de las comidas.

 


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4. No fabricas suficientes enzimas digestivas

Cuando tu organismo no produce bastantes enzimas digestivas, no digieres bien los alimentos y aparece la inflamación. Incorpora estos cambios en tu dieta:

  • Como en el caso anterior, come en un ambiente relajado.
  • Incluye en tu alimentación piña, papaya, hinojo, jengibre y pimienta cayena.
  • Evita los alimentos crudos, que son más difíciles de digerir. Opta por verduras cocinadas, sopas y guisos en lugar de ensaladas, así le darás un respiro a tu sistema digestivo para que reponga sus niveles de enzimas.

 



5. Te han diagnosticado una intolerancia alimentaria

Puedes intentar identificar el problema por tu cuenta, pero lo más adecuado es que consultes con un nutricionista.

  • Durante algunas semanas, anota en un diario todo lo que comas, así podrás relacionar algunos alimentos con tus síntomas.
  • Evita los alimentos “sospechosos” durante 3-4 semanas para ver si los síntomas mejoran.
  • Consultas con un dietista para que te asesore bien.

 


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6. Necesitas equilibrar tu flora intestinal

Si consideras que esta es la causa de tus molestias, tendrás que poner atención en alimentar a las bacterias “buenas”:

  • Toma a diario yogur vivo natural, ya que contiene probióticos (bacterias buenas). Mejor si son de soja o coco para evitar los lácteos.
  • Incluye alimentos fermentados en tu dieta, como el chucrut.
  • Los alimentos prebióticos también alimentan las bacterias buenas: alcachofa, espárragos, cebolla, ajo y achicoria.
  • Reduce el consumo de azúcar, ya que este promueve las bacterias malas.
  • Lee aquí nuestro post acerca de cómo cuidar tu flora intestinal

 


7.    Debes compensar un día (o más) de excesos

Aquí tienes una dieta detox para los días después de una comilona:


Justo al levantarte: agua caliente con limón y jengibre rallado, para estimular la digestión.
Desayuno: prepárate un smoothie desintoxicante: ½ aguacate, ¼ de pepino ¼, un buen puñado de espinacas, un puñado de arándanos y una rodaja grande de papaya. Tiene muchos antioxidantes, es depurativo y nutritivo, y favorece la digestión.
A media mañana: cómete una manzana; la fibra soluble ayuda a limpiar tu sistema digestivo y te sacia.
Comida: opta por una sopa de verduras, así le darás un respiro a tu sistema digestivo de tanta comida sólida lo que le ayudará a recuperarse.


Después de la comida: da un paseo a paso ligero (20-30 minutos); facilita la digestión y tu proceso de desintoxicación.
Media tarde: bebe un Beauty & Go Detox para eliminar toxinas y depurar el organismo y el sistema digestivo.
Cena: salmón, 2 o 3 cucharadas de arroz integral cocido, brócoli con cilantro, y zumo de limón y jengibre.
Después de la cena: da otro paseo a paso ligero.
A la hora de dormir: tómate un té de menta.
A lo largo del día: bebe 2 litros de agua.


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  • Papaya: contiene la enzima papaína, que ayuda a digerir las proteínas en el sistema digestivo. También tiene un suave efecto laxante.
  • Piña: como la papaya, contiene enzimas que mejoran la digestión.
  • Yogur vivo: contiene bacterias probióticas positivas. Si tienes problemas con los lácteos, prueba con los de soja o coco.
  • Espárragos: son un diurético natural, lo que significa que ayudan a reducir la retención de líquidos. También son prebióticos, por lo que alimentan las bacterias buenas.
  • Jengibre: calma el sistema digestivo y relaja los músculos del tracto digestivo, por lo que puede aliviar la hinchazón.
  • Pepino: se usan mucho para deshinchar los ojos, ¡y pueden hacer lo mismo con tu estómago! Son ricos en quercetina, un flavonoide antioxidante que ayuda a reducir la hinchazón.
  • Agua: es esencial para la movilidad intestinal. Y por extraño que te suene, ¡también reduce la retención de líquidos!
  • Arroz integral: de todos los granos es el más fácil de digerir, y no irrita los intestinos.
  • Té de menta: relaja los músculos del intestino y ayuda a eliminar los gases.

 


Beauty & Go Detox: contiene pepino para reducir la hinchazón;  alcachofa y diente de león para facilitar la digestión; y alga espirulina para eliminar toxinas: una combinación que depura y reduce la inflamación. Incluye de 1 a 3 botellas en tu dieta diaria para obtener unos resultados óptimos.
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  • Comer demasiado rápido: reduce la eficiencia de tu digestión —que se inicia en la boca con las enzimas de la saliva y la masticación de los alimentos.
  • Bebidas gaseosas: como puedes imaginar, ¡las burbujas hinchan!
  • Edulcorantes artificiales: como no pueden ser absorbidos, pasan al colon donde causan inflamación.
  • Sal: al provocar retención de líquidos, te hace sentir más hinchado.
  • Fruta de postre: comer fruta al final de una comida puede causar hinchazón, así que es mejor que la tomes sola, de aperitivo, a media mañana o a media tarde.
  • Bebidas probióticas y yogures de sabores: llevan muchísimo azúcar e incluso aromas artificiales, así que limítate al yogur vivo natural, preferiblemente orgánico.

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La inflamación es uno de los trastornos digestivos más comunes y la mayoría de nosotros lo ha experimentado en un momento u otro. A diferencia de cuando nos sentimos llenos después de una comida copiosa, la inflamación es una sensación incómoda con la que notamos el estómago hinchado, distendido y tirante, a veces incluso dolorido. Sufrir inflamación con regularidad, a parte de ser muy angustioso, puede ser indicio de un desequilibrio subyacente o señal de que debes mejorar tu dieta.

Hoy os hablaré de las principales causas de esta dolencia, y la semana que viene os explicaré qué podéis hacer para solucionarla. Veamos, pues, ¿a qué se debe la inflamación de estómago?

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1. Ese temido enemigo: el estrés

Cuando estamos bajo estrés, nuestro cuerpo distribuye su energía de la forma más eficiente para enfrentarse a lo que considera la causa de esa tensión. Nuestros antepasados tenían que defenderse de los animales salvajes, por lo que nuestro organismo está diseñado de modo que, ante una amenaza, activa la respuesta de “lucha o huida”. En ese momento, el cuerpo envía toda su energía hacia los músculos para que podamos combatir o salir corriendo; hacia el corazón, para que bombee más sangre, etc. Pero claro, esta energía extra tiene que salir de algún sitio, por lo que el organismo suprime lo que considera funciones innecesarias en situaciones de emergencia, como la digestión o el sistema inmunológico (¿entiendes ahora porqué tienes más tendencia a caer enfermo cuando estás estresado?).

Esta característica podía ser muy ventajosa cuando el estrés era algo puntual, como el ataque de un tigre, pero hoy en día es tan común que podemos acabar con un sistema digestivo problemático: mala absorción de los nutrientes, mala digestión y, claro, inflamación o incluso síndrome del colón irritable.

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2. Digestión a baja velocidad

Si tu sistema digestivo va más lento de lo normal, lo más probable es que sufras inflamación, posiblemente acompañada de dolores de cabeza, fatiga y una especie de sensación general de “intoxicación”. Seguramente tu dieta no incluye suficiente fibra o puede que estés deshidratado. También puede ser que tengas poca movilidad intestinal, es decir que los músculos del colon no se contraigan bien. La falta de actividad física agrava este problema, ya que el ejercicio ayuda a que tus tripas también se muevan mejor.

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3. Tu fábrica de ácido estomacal no va a pleno rendimiento

Si aunque comas poco enseguida te sientes lleno, a menudo se te repite la comida (eructos), o te cuesta mucho digerir la carne o los huevos, es posible que no produzcas suficiente ácido estomacal. Este ácido es vital para digerir las proteínas, por lo que si no lo generas en la cantidad adecuada, acabarás con proteínas mal asimiladas en tus intestinos; cuando fermentan, producen gases, causando hinchazón y dolor.

4. Y la de tus enzimas digestivas, tampoco

Las enzimas, producidas por las células que recubren el estómago y los intestinos, son también esenciales en el proceso digestivo, ya que descomponen los hidratos de carbono, grasas y proteínas. El estrés, las infecciones y las intolerancias alimentarias pueden contribuir a unos niveles bajos de enzimas y sus consecuencias son similares a las de tener poco ácido estomacal: alimentos digeridos de forma incompleta (en este caso grasas y carbohidratos, además de proteínas) que pasan al intestino grueso. Aquí, causan fermentación, irritación e hinchazón.

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5. Eres un intolerante (alimentario)

Aunque las intolerancias alimentarias no son tan comunes como se suele creer, sí hay gente que realmente las sufre. La mayoría de personas de ascendencia asiática, por ejemplo, carecen de la enzima necesaria para digerir la lactosa en la leche. Pero no debemos confundir las intolerancias con las alergias, que producen una reacción grave e inmediata justo después de ingerir los alimentos problemáticos. Con una intolerancia, puedes tardar hasta 48 horas hasta sentir los síntomas, que son más traicioneros: fatiga, hinchazón y dolores de cabeza. Las intolerancias alimentarias más comunes son al trigo, el gluten (que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno) y los productos lácteos.

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6. Tus bacterias intestinales ¡están desequilibradas!

En un colon saludable viven miles de millones de bacterias que contribuyen a una buena digestión y a una buena salud. Cuando estas bacterias sufren desequilibrios y las bacterias “malas” consiguen proliferar es cuando aparecen los problemas. Esta es otra de las causas principales de la inflamación que, en este caso, se dará especialmente justo después de comer. Las posibilidades de que sufras este problema se incrementan si has tomado antibióticos, ya que lamentablemente éstos matan tanto a las bacterias buenas como a las malas.

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7. ¿Te has pasado de la raya?

Algo tan simple como comer y beber en exceso puede hacer que al día siguiente te sientas incómodo y con la barriga hinchada. Aunque no se trata de un problema de salud en sí, sigue siendo desagradable y lo mejor es que lo soluciones lo antes posible. La semana que viene hablaré de mi “Plan del Día Después” con algunos trucos para contrarrestar las comilonas.

¿Has detectado ya cuáles pueden ser las causas de tu inflamación estomacal? Estate atento al  siguiente post, porque ahí te daré varios consejos para que recuperes una estómago saludable, plano… ¡y feliz!